“Estamos en la crisis todavía porque no todos los desequilibrios que la produjeron se han solucionado. Sigue habiendo un paro del 18% y la deuda pública está al 100% y, aunque hay más competitividad y se crea más de medio millón de empleos al año, la economía ha de reinventarse”.
Quien así habla es el economista Juan Ramón Rallo, quien ayer cerro el 44º Curso del Centro Montañés de Investigación y Desarrollo Empresarial (CEMIDE) con una conferencia sobre la crisis y la recuperación, que tuvo lugar en el Hotel Bahía, en Santander.
Para este doctor en Economía y firma habitual en medios de comunicación de ámbito nacional, la recuperación puede acelerarse reduciendo el tamaño del Estado y con un menor gasto público que propicie una bajada de impuestos.
“Tenemos que reducir el tamaño del Estado para que haya más sociedad civil, es decir, más mercado y menos Estado”, aseguró. “Con un menor gasto público pueden bajar los impuestos, porque el actual déficit es considerable y bajarlos ahora es imposible”, agregó.
Rallo también es partidario de liberalizar más la economía, en todos los ámbitos, no sólo en el laboral: también en el de los mercados energéticos, el del transporte y el financiero. A este recetario de corte liberal, el economista sumó la estabilidad institucional, y las reformas del sistema educativo y de la financiación autonómica.
Es en este último apartado en donde el ponente vio más margen de maniobra desde autonomías como Cantabria, dado que el resto de actuaciones son de tipo global. Con un nuevo sistema de financiación que aumente la corresponsabilidad fiscal de las autonomías, él se mostró convencido de que habrá una mayor disciplina en el gasto autonómico y una reducción de los impuestos ya que se entrará en una ‘sana’ competitividad territorial por atraer capitales, no solo financieros, sino también en términos de talento.
“No tiene sentido que los ingresos tengan que seguir centralizados. Los gobiernos regionales han de ser corresponsables fiscalmente –argumentó– y si gastan más o menos recaudarán más o menos”.
“Con estas reformas y un marco institucional estable se oxigenará la sociedad civil. España tiene capacidad de atraer todo tipo de capitales y mejorar la competitividad y la productividad de las empresas sin necesidad de deteriorar salarios. Otros europeos lo han logrado”, agregó.
A su juicio, un modelo a imitar es el suizo, cuya prosperidad no situó en su sistema financiero, sino en la calidad de sus manufacturas, que ha logado a atraer inversores.
Tras indicar que el reciente debate de la moción de censura en España no ha arrojado más que el ‘lucimiento’ de Podemos y una presión política de éste al Partido Socialista, consideró que una alternativa de izquierdas al Partido Popular sería catastrófica si supusiera volver al modelo de desarrollo de 2009/2010 (gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero). En caso de que se adoptara una deriva radical, “sería un peligro para la economía y las libertades en un sentido amplio”.